Es aquí donde me doy cuenta de cuanto valgo y te digo adiós...

Mi madre siempre me decía que los amigos de verdad solo se pueden contar con una mano, y realmente tenía razón. Hay momentos en la vida de cada persona donde siempre nos fallan, y es o sería un gran momento para perdonar o pasar página pero me conformo con saber que alguna vez sí he perdonado y también he pasado página. Pero cada vez que pasan los años te das cuenta de que no vale la pena dar tanto por alguien,  está claro que puedes preocuparte por una amiga e incluso si está mal subirle a su habitación un vaso de agua con un paracetamol, o incluso acompañarla al médico en sus momentos más drásticos, o también cogerle el teléfono a la hora que sea simplemente para estar escuchando lo dolida que se encuentra o directamente oírla sollozar entre lágrimas en sus mejillas. Sí, yo he tenido amigas, y me atrevería a decir que mejores amigas aunque haya habido de esas que te cogen por tonta o insensata y se te ponen a gritar en medio del patio o sin más y por rabia te dan un guantazo. Eso te digo que no es una mejor amiga, y menos aún lo es si en vez de escucharte y preocuparse por ti prefieren un “pff ¿ qué mal no?”  y hacer como que te escuchan en cuando en realidad solo escuchan sus propios problemas sin importarles lo que pienses o como estés tu realmente. Este tipo de personas se puede calificar como insociable, irritable, extremadamente grosero o inadecuado e incompatible con alguien que le ha dado de todo como si de su madre se tratara. Estos son los que cuando abren los ojos te buscan, porque créeme dudo que alguien se comporte contigo como yo, se preocupe tanto por ti que incluso te pone videos en el youtube para que los vea todo el mundo, dudo que nadie vaya a tu casa a ver cómo estás cada vez que te pasa algo, ni se vaya de las amigas cada vez que tenías un problema, ni intente solucionar nada con quien hayas tenido malos royos  y mucho menos pienso que nadie te va a decir las verdades a la cara como te las digo yo. Y, ¿Qué no te vuelva a hablar? Trato hecho, hace tiempo que dejé de preocuparme por tus cosas y mucho más sabiendo la respuesta que me dabas. Ni gracias por estos 5 años, ni por prácticamente nada, en cambio si he de agradecer que gracias a ti he conocido lo que son amigas, al menos una de ellas, sin gritos, sin discusiones, sin gilipoyeces ni cosas de estas. Supongo que estarás pensando ¿ y esta? O que te estarás riendo, pero espero que ante todo seas muy feliz, y no creas que por esto te echo de menos, no, simplemente me daba no se que que me decía que no sé cuantos y que tenía que escribir, página completa se cierra el libro y final del cuento. Hasta siempre vieja amiga.